Leo con profunda aprehensión que la última campaña electoral de los EE.UU. costó seis mil millones de dólares y no lo puedo creer; tanto dinero cuando en ese país y en el mundo hay gente que se muere de hambre principalmente los niños en África, por ejemplo. Hay un estudio que establece que si los países dedicaran el 3% del PIB se solucionaría el problema de la pobreza en el mundo.
Venezuela gastó millones de dólares en la contienda Chávez – Capriles, en Argentina, la presidenta Fernández gasta miles de dólares en su “imagen” y millones en preparar su re-reelección, reformando la Constitución para seguir en el poder, un poder omnímodo que tiene tintes dictatoriales y que ataca a la prensa opositora con todo, a favor de los grupos audiovisuales que le son favorables.
En España, aprovechando la crisis, Cataluña se quiere “independizar” pero pide un millonario fondo de rescate al Gobierno Central. En Oriente Medio los problemas parecen no tener solución. La política solo busca mantener los privilegios de unos, lo menos, sojuzgando a las mayorías y los políticos se enriquecen en su ejercicio en casi todas las latitudes de nuestros continentes.
En Ecuador, hemos vuelto a la vieja práctica de farandulizar la política acudiendo, para la conformación de listas de asambleístas a cómicos, cantantes, futbolistas, estrellas de televisión. Tal y como se lo hacía antes, ese antes que tanto se critica, por ello me congratulo con las declaraciones de Carlos Michelena cuando dice que es una grosería querer confundir el circo con la Asamblea.
A la Asamblea debe acudir gente preparada, pensantes, independientes que no solo sirvan para levantar la mano a la primera orden de sus respectivos jefes y esto va para todos los partidos. Una verdadera pena que los liderazgos que se forjan, se transformen en personalismos que no admiten contrarios y que quieren hacer prevalecer su sola voluntad, incluso sobre la de sus colaboradores y adherentes y los que no pensamos como el gobernante de turno aquí y en cualquier otro lugar somos traidores, antipatria .