Como persona civilizada, formada con el respeto irrestricto a la opinión ajena, no puedo dejar de sentir pesar por lo que ocurre en Ecuador. La demanda contra el periodista Palacio y los directivos de El Universo no es más que un preámbulo a una política para silenciar la prensa libre e independiente y dar a los ecuatorianos una dieta de noticias al mejor estilo del diario Granma de Cuba, el Pravda de Stalin o el periódico oficial de Corea del Norte.
En estos días he leído que la monarquía de Arabia Saudita ha resuelto limitar la libertad de expresión en base a criterios similares a los esgrimidos por el presidente Correa. Esto no puede ni debe darse en una democracia, incompleta quizás, pero democracia al fin.
No podemos retroceder a los más obscuros rincones de nuestra historia del siglo XIX sin pagar, eventualmente, un alto costo. Quisiera sugerir que la prensa nacional edite en fascículos “Las Catilinarias” del gran Montalvo.