El 28 julio 2021, en plenos festejos del Bicentenario de Independencia del vecino Perú, José Pedro Castillo Terrones, 51 años -campesino, rondero, dirigente sindical, maestro de escuela-, es oficializado como Presidente de la República del Perú, tras reñidas elecciones. Castillo se convierte en el quinto presidente en cinco años; primera vez en 200 años en la historia republicana gobernará un campesino. Preside el partido Perú Libre, su compañera vicepresidencial es Diana Boluarte.
La JNE, desestimando apelaciones presentadas por la oponente Keiko Fujimori populista derechista, cuestionó irregularidades y fraude electoral sin sustento legal, ambos candidatos separados por solo 44 263 votos, en una población de 33 millones habitantes.
Expresó diferentes arengas populistas nacionalistas, con tendencias chavistas y no tiene experiencia en gobernar, obtiene la marca registrada de los socialistas; prepara su mandato presidencial en un controvertido dilema, tendrá un camino de muchos obstáculos para lograr consensos en un escenario político que necesita claridad y dirección estatal; solo 37 de 130 escaños del Congreso, significa dificultades en el cumplimiento de ofertas de campaña y superar la división en la Legislatura; ratificando la intención de una nueva Constitución de aquella que alumbró al mandatario Alberto Fujimori en 1993, sin afectar la rentabilidad social, sumándose un fuerte impacto de pandemia y miles de fallecidos.
El Jefe de Estado peruano juró en el Congreso en Pleno, en una ceremonia, ataviado de símbolos nacionales, acompañado de ilustres mandatarios de América Latina y el Rey de España; allí pronunció insensatos resentimientos históricos sociales.
Hay intenciones penosas en el gobierno: La elección de la presidencia del Congreso se efectuó con alianzas de oposición que ganaron escaños. Hay un malestar coyuntural en las FF.AA. Sin embargo, Pedro Castillo participó en el desfile militar que ofrecieron al nuevo Mandatario con motivo de la fiesta nacional peruana.
Así mismo, debe lidiar con las discrepancias dentro de su propio partido, y colaboradores de la influencia del Socialismo del siglo XXI.
Pedro Castillo ha recibido numerosas críticas por la designación del nuevo Gabinete, con figuras políticas controversiales e improvisadas y vinculadas con fracciones izquierdistas comunistas.
Existen pronunciamientos polémicos del posible fracaso del Ejecutivo, tomando en cuenta que la gobernabilidad política del Perú es frágil, lo cual afectaría a la región.