El actual Gobierno ha criticado duramente al anterior, dice que el problema y la supuesta crisis económica es fruto de un paternalismo descontrolado.
La característica más importante del estado paternalista es el sistema fiscal, los impuestos que pagan personas naturales y jurídicas y que según la teoría económica, desincentiva la inversión privada, pues la carga fiscal tiene como resultado que las empresas reciban menos utilidades.
No obstante, Ecuador ha sido desde siempre un país con una carga tributaria relativamente baja, el IVA es de entre los más bajos de Latinoamérica, impuesto que es el que más ingresos al Estado produce. No obstante, la necesidad de atraer inversión de capitales privados ha llevado al Gobierno a remitir una reforma tributaria, que elimina impuestos como el del anticipo.
Está por verse como estas modificaciones para una “mejor economía” pesan en el bolsillo del ecuatoriano promedio.