Con la grave crisis mundial, cualquier ciudadano sin ser experto, puede entender que los gobiernos no pueden subsidiar indefinidamente bienes y servicios sin graves consecuencias, siendo necesario sincerar la economía.
Aunque existe la nefasta tendencia de aspirar que todo sea gratis o barato, por lo que debemos ser más frugales, postergando diversión y festejos, como debimos hacerlo durante la cuarentena.
Sin perjuicio de mantener ciertos beneficios a favor de los más vulnerables, el Estado debe sociabilizar y hacer entender a todos los sectores la necesidad de suprimir paulatinamente el subsidio a la gasolina exceptuando el diésel ya que dicho combustible sirve para el transporte colectivo y de mercancías, igualmente, focalizar el subsidio al gas, mediante cupos para los beneficiarios del bono solidario, debiéndose revisar ese beneficio, priorizando a discapacitados y adultos mayores indigentes; así el Impuesto al Valor Agregado, IVA debe incrementarse ya que este solo afecta a consumidores de bienes y servicios formales, pues la mayoría consume al comercio minorista informal que no está gravado.
Se debe retomar el impuesto a la herencia y la plusvalía, revisar las bases imponibles, asi como las supuestas inversiones en bienes para uso privado ajeno al empresarial.
En la actualidad muchas vías pagan peajes, también algunos puentes podrían pagarlo; revisar aportes y edad de jubilación del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, y aplicar la ley respecto a la jubilación patronal, que indica que el Seguro Social sustituye a las obligaciones patronales, pues tal norma impide en gran medida la estabilidad del trabajador, ya que algunas empresas tratan de evitar esadisposición.