Permítame un poco de historia reciente a propósito de que en estos días la OEA está juzgando lo ocurrido con el cambio de Gobierno en Paraguay; están decidiendo si le sancionan a Paraguay, inclusive con la exclusión de la OEA, como preconizan los de la Alba, como ya lo hicieron con Honduras. El señor Insulza, secretario de la OEA, preconiza medidas menos radicales que más bien apoyen una elección libre, democrática en las elecciones que deben tener lugar a inicios del próximo año.
En la misma condición que hoy se encuentra el Paraguay, estuvo el Ecuador en el año 2005, cuando el Congreso destituyó al coronel Gutiérrez, por la presión de los forajidos que reclamaban por la destitución de la Corte Suprema. Muchos organismos internacionales visitaron Ecuador a constatar si la transformación que destituyó a Gutiérrez y posesionó al vicepresidente Palacio había tenido lugar sin rompimiento del orden constitucional. El canciller Antonio Parra y el ministro de Gobierno Mauricio Gándara estuvimos a cargo de dar las explicaciones. Entre otros, recibimos al señor Insulza, quien ya era el secretario de la OEA, y quien debe sonreírse al ver que varios de los colaboradores del presidente Palacio, son los que hoy reclaman sanciones para Paraguay. Formaban parte del Gobierno: como ministro de Economía, Rafael Correa, como ministra de Turismo, María Isabel Salvador, actual embajadora ante la OEA, y como subsecretario de Economía, Ricardo Patiño, actual canciller. La diferencia entre lo ocurrido hoy en Paraguay y lo sucedido en el Ecuador en 2005, es que al Congreso paraguayo su proceso le tomó 48 horas, y al Congreso del Ecuador, 22 minutos. ¡Fuimos 100 veces más rápidos! Debemos ser coherentes.