Con el paso de los años veo más televisión, leo más y me preocupo por los problemas de mi patria y del mundo. Lo de la televisión a propósito de series sobre criminales, lobos solitarios y toda clase de crímenes horrendos que uno cree sacados de la mente calenturienta de sus autores.
Pero no, la realidad es peor y siempre lo sostuve, desde que estudiaba derecho penal y criminalística en la U. Central, creo que hay seres a los que un gen equivocado o su realidad los vuelven malos de verdad. Casos hay muchos y en todos los aspectos de la vida.
El cruel asesinato de Samuel Chambers en Guápulo me ratifica en mi creencia que la más espantosa ficción siempre puede ser superada por la horripilante realidad.
Que alguien, solo o como una manada de salvajes, de muerte a un chico por su condición de solitario o cualquiera otra, me repugna hasta lo más profundo de mi sensibilidad y no logro entender tanto odio cualquiera fuera la razón.
Vivo por el sector y vi alguna vez al joven con su perro o perros pasar sin hacer el más mínimo daño; se dice en el sector que era una buena persona y si así no lo hubiese sido, ¿alguien tenía el derecho para sacrificarlo de la forma satánica en que lo han hecho?
Un crimen propio de mentes infernales. Le matas a palos, le cortas la cabeza y las manos y no sabemos que otras atrocidades, no pueden caber sino en una mente y razón totalmente dañadas.
¿Y las investigaciones? Bien gracias, hasta ahora nada. Se dice que podría tratarse de un criminal serial ya que se han encontrado otros cuerpos en similares condiciones. Y por qué no dice nada la Policía, ¿no es preferible alertar a la población si esa fuese el caso? No sé, me duela el alma. ¿Un crimen de odio por ser como era el joven Chambers? ¿Un loco que mata por matar? ¿Qué es lo que nos pasa como sociedad?