Los políticos especialmente los parlamentarios salvo pocas excepciones, me causan tedio, urticaria. El ocio les hace cavilar buscando a quien destituir. Están en la mira dos ministros importantes, María Paula Romo y Richard Martínez. Por favor, señores parlamentarios, permitan al señor Presidente, en los pocos meses que le falta, termine en paz su excelente labor presidencial. La doctora María Paula Romo, con inteligencia y sagacidad conduce las funciones a ella encomendadas como Ministra de Gobierno; resignada y tolerante ante la avalancha de incomprensiones, envidia y hasta odio de sus gratuitos adversarios políticos ¿Será censurada?
El señor ministro de Finanzas, Richard Martínez, ha enrumbado la economía del país (dejada en soletas por la cleptomanía correísta) con sapiencia y tenacidad buscó los paliativos para la patria reduciendo ostensiblemente con éxito la inmensa deuda contraída con nuestros acreedores internacionales. Gracias, señor Ministro. (¿Será censurado?).
Por otro costado, considero inaudito que hasta la presidenta del CNE se permita increpar al ministro Martínez. Le aconsejaría tener un poquito de tolerancia y consiguientemente en vista de la calamitosa situación económica pida a cada uno de los candidatos que colaboren con tres o cuatro ciudadanos capaces y pongan a la orden de ese ente administrativo y de esa manera se reduce los gastos.
No es posible que el Estado colabore con millones de dólares para la campaña política de estos sátrapas (con escasas excepciones), deberían financiarse por su cuenta y no ocupar los escasos recursos del pueblo. Se me ocurre un sano consejo, en la consulta popular que posiblemente se le pregunten al pueblo lo expuesto si debería costearles con nuestra plata la campaña.