Toda actividad humana para que se la realice con eficiencia y eficacia, además que rinda buenos resultados, debe ser realizada por profesionales que tengan conocimiento del tema, estén actualizados permanentemente, mucha concentración y dedicación al realizarla, estar descansados con mentes despejadas. Considero que los médicos un poco más, ya que trabajamos con seres humanos y debemos hacerlo con calidad y calidez, además de lo antes mencionado. Se ha impuesto ahora a los médicos del sector público que trabajen 8 horas diarias sin descanso. Al ser yo un profesional en este campo me permito indicar que es sumamente difícil trabajar ocho horas diarias con plena concentración, descansado y por lo tanto con la mente “fresca”, este horario es agotador y quienes sufrirán las consecuencias de un trabajo así son los pacientes. Se dirá que en otras profesiones se trabaja más y no pasa nada, es cierto, pero hay que medir el riesgo y con quién se trabaja. Un médico puede trabajar a un ritmo largo sin descanso máximo cuatro o cinco horas diarias, brindando mínimo por lo menos 20 ó 30 minutos por consulta. El Estado ya nos explota cuando somos Internos Rotativos al hacernos trabajar aproximadamente 72 horas semanales y no reconoce horas extras, feriados, etc., peor aún cuando hacemos la Medicatura Rural. Nuestro trabajo es mucho más mental y el cansancio puede llevar a equivocarnos en diagnósticos, prescribir tratamientos, etc. No es ninguna conquista “revolucionaria” para el bien de la población esta medida. Mejor, contraten otros médicos –ecuatorianos– y se crea empleo y se cumple un trabajo satisfactorio. ¿Utopía?