Si se sospecha o se conoce en forma empírica la utilidad de una sustancia se debe someter a un proceso científico para garantizar que es un medicamento. Se extrae la sustancia química pura, se realizan pruebas en animalitos (cada vez menos por respeto de la bioética), luego en humanos: en voluntarios sanos, en grupos específicos de enfermos y en grandes grupos de pacientes. Así el medicamento puede obtener el Registro Sanitario (RS). El producto puede ser comercializado y el RS garantiza que es eficaz, seguro y adecuado para la población. Antes el medicamento recibió una patente. Así se autoriza a la empresa a comercializarlo en forma exclusiva. Una vez vencida la patente puede ser producido por otra empresa y se convierte en medicamento genérico. Existe una discusión a nivel mundial de si el genérico es igual al medicamento original. Surge la responsabilidad de la autoridad, la que debe garantizar que el genérico tiene igual calidad y seguridad que el original. En países como Inglaterra, EEUU o Francia, el consumo de genéricos es superior al 80%. En Ecuador, la Agencia Nacional Regulatoria de Vigilancia y Control Sanitario (ARCSA) debe garantizar la calidad de los medicamentos, sean originales o genéricos.
Raúl Arturo Terán Saltos