Causa extrañeza, enterarse que algunas personas insistan a través de los medios, en que debió ser el ex presidenciable Guillermo Lasso, al no haber estado conforme con los resultados de los últimos comicios electorales, quien demuestre que hubo fraude, a sabiendas de que la solicitud que sí realizó, no tuvo ni tendrá un tratamiento apegado a la ley, que conduzca a ratificar o rectificar tales resultados. Cabe preguntar: ¿por qué el gobierno, ante las sospechas puestas de manifiesto, no demostró que no lo hubo? Y, ¿por qué quienes esto recomiendan, no engrosaron filas oportunamente para plantear el reclamo, puesto que se trataba de decidir el futuro del país?
Hubiera resultado infructuoso para el Sr. Lasso, plantear demandas respecto de un supuesto fraude –no obstante tener pruebas, conforme lo ha manifestado-; pues tanto él como miles de ecuatorianos sabemos que aquí en ‘Absurdistán’, se soslaya el debido proceso, se marcan distancias con el camino hacia la justicia y se condecora a quienes apoyan la farsa.
El gobierno debió brindarle al Ecuador el nivel de país civilizado, como sucedió en Austria hace poco tiempo, por ejemplo, que registró en su historia política la repetición de elecciones, en una demostración de auténtica democracia, con el afán de brindar legitimidad a los resultados de los comicios y satisfacción a sus pobladores. De haber sucedido esto en nuestro país, no existiría la desconfianza que perturba el bienestar de la mitad de la población y el licenciado Moreno, sería respetado por todos.