La ley de la causa y efecto: la crisis carcelaria
Para aquellas personas que razonan apropiadamente, lo que está ocurriendo en las cárceles del Ecuador es un efecto que debe tener una causa.
¿Cuál es la causa? Lo más elemental y obvio es que la causa radica en crear las condiciones para, tanto para el crecimiento de la delincuencia, cuanto para la cercanía entre prisioneros que permita la aparición de los conflictos o se creen las condiciones para demostraciones de poder.
Las acciones del gobierno de la década perdida, con la eliminación de la base de Manta, con la tabla de consumo de drogas, abrió el camino para el crecimiento de la delincuencia: tráfico local, tráfico internacional, y finalmente una permisividad absurda (¿cómplice?) que permitió el crecimiento delincuencial, y con este crecimiento, la necesidad de encarcelar a mayor número de personas.
Otro factor, la construcción de cárceles gigantescas, imposibles de controlar, como demostración clara de incapacidad de planificación en este campo (en realidad, en todos los campos que intervino el mencionado gobierno mostró una falta de visión de país y de futuro), y una verdadera incapacidad de gestión.
Las prisiones en Ecuador, a pesar de su muy rimbombante nombre de Centros de Rehabilitación Social, de rehabilitación no tienen nada, y, este es el concepto sobre el cual debía girar la construcción de estos centros. Es evidente, entonces, que la construcción de estos centros no obedeció a la finalidad que su nombre promociona, ¿será que solamente se vio el beneficio propio de quienes decidieron y contrataron esa construcción?
No es difícil ver en dónde se origina el problema, y, hoy, los legisladores del grupo político que auspició y sostuvo ese gobierno incapaz de visualizar los efectos obvios, incapaz de hacer una planificación profesionalmente adecuada, pretenden que se lo excluya del informe que analiza las causas del problema.
Claro, si no fueron capaces de ver las consecuencias (el efecto), es evidente que no entienden las causas.
José M. Jalil Haas
Levantamiento indígena de 1990
Ecuador dentro de su historia ha sufrido varias situaciones sociales que han marcado su historia, por ejemplo: La revolución liberal, el levantamiento indígena de 1990 y este último evento es el que quisiera desarrollar porque me parece que es algo sumamente trascendental dentro de nuestra historia, porque ayudó que el Ecuador tenga conciencia social y cultural o por lo menos empezar a tenerla.
El levantamiento Indígena o Levantamiento del Inti Raymi, inicio el 28 de Mayo con la toma pacifica de la icónica iglesia de Quito. La iglesia de Santo Domingo, días después, por todas las provincias con más presencia de indígenas especialmente en la Sierra – Centro se unen para pedir cosas al gobierno de ese entonces al presidente Rodrigo Borja. Sus peticiones se basaban en solucionar los conflictos por tierras, la distribución de agua limpia, obras para los pueblos indígenas y sobre todo declarar al Ecuador como un Estado Plurinacional, algo verdaderamente importante porque desde la Constitución del 2008 en su Art. 1 declara al Ecuador un estado plurinacional e intercultural, 18 años atrás se impuso un precedente para poder llevar al Ecuador a un sistema social en donde se reconozca la riqueza cultural y social que hay en el Ecuador, porque somos un país lleno de nacionalidades por ejemplo: Shuar, Achuar, entre otras. Hay que tener presente que el pueblo indígena, mediante sus representantes, tiene un poder social inconmensurable y se ha demostrado en octubre del 2019, el paro que marcó un antes y un después en la sociedad ecuatoriana moderna.
Francisco Xavier Moreno Ponce
Nayín y los canes
Tuve la oportunidad de caminar por varias calles de Nayón. Una parroquia singular, en la cual su Gobierno Parroquial hace una gran labor en vías, servicios y ahora en vacunación de los pobladores. Un aplauso para ellos.
Sin embargo, hay otras realidades. Durante mi recorrido de casi una hora, no encontré una sola acera y una sola calle libre de excrementos de perro. Los canes deambulan por toda la parroquia libremente y hacen sus necesidades en cualquier sitio. Lo más grave es que Nayón ofrece, aparte de sus tradicionales locales de plantas y flores, excesivos servicios de comida.
Y, justamente en esos sitios, las veredas son las más sucias por el tema antes expuesto. Ojalá los habitantes de esta parroquia, ayuden a la comunidad con el control de sus mascotas, lo cual serviría para tener aceras y calles limpias, no solo por estética sino por salubridad ciudadana.
Juan Carlos Sosa Trombert
Telemedicina
En un invento más para seguir destruyendo la Sanidad Pública.
Es cierto que, es mejor una consulta telemática en dos días que esperar cinco o más meses, para ser atendido presencialmente. ¿Qué me dicen de los pacientes que no tienen la infraestructura informática, ni la edad, ni la preparación para conectarse con su majestad el médico?
Si en su día se logró una atención adecuada sin esperas así. ¿Por qué ahora no?
Tenemos que parar este desmadre, ya nos estamos acostumbrando a que nos tomen el pelo. Se quejan médicos y sanitarios, pero las víctimas de verdad son los pacientes. Una atención tardía puede convertirse en irremediable situación. ¿Por qué no ponen las ganas y los medios para solucionarlo?
Ni políticos, ni dirección, ni gestión, ni nada… todo es un despropósito; las listas de espera son un crimen en toda regla. ¿Tiempos atrás por qué no existían?
Quienes están ahí de responsables deben evaluar cada necesidad y poner soluciones, de lo contrario mejor cerramos el ‘chiringuito’.
José Viñas García