El pasado 26 de junio circuló, junto a Diario El Comercio, un suplemento en el cual se hacían afirmaciones que contradicen las disposiciones de la Organización Mundial de la Salud respecto a la lactancia materna. Asegurar, por ejemplo, que la lactancia se mantiene hasta los seis meses es un error al que inducen las farmacéuticas productoras de leche de fórmula. Millones de madres en el país y el mundo suspenden la lactancia por leer información como esa. Por ello, en España, por ejemplo, está prohibida la publicidad de leche de fórmula de inicio.
La lactancia hasta los seis meses es exclusiva. En adelante, los alimentos son complementarios porque la leche materna sigue siendo el alimento principal. Así lo promueven desde hace años los pediatras más actualizados, el Ministerio de Salud y la OMS. Es más, lo óptimo –según el estándar OMS- es que la lactancia se mantenga al menos hasta que los bebés cumplan dos años de edad.
Es decir, pueden seguir siendo lactantes por muchos más años. La sociedad debe saberlo y debe acostumbrar sus ojos a mirar a madres dando el pecho a niños grandes y no solo a bebés. La lactancia no es una moda, no es un fundamentalismo, es lo mejor que las mujeres pueden dar a sus hijos: su poder antiviral, su capacidad de recuperarlos ante enfermedades, su constitución como el mejor alimento existente, el vínculo de seguridad que brinda a los bebés y niños son innegables y están avalados por cientos de estudios científicos.