Cada vez con más frecuencia notamos cambios climáticos en nuestro entorno, en el pasado las etapas invernales en Ecuador se manifestaban con fuertes precipitaciones pluviales y la época lluviosa se prolongaba hasta 6 meses, seguida del verano, donde el clima era fresco, agradable y se mantenía una importante humedad relativa en los suelos, a más que las infraestructuras como albarradas y embalses se mantenían llenas y listas para proveer agua para explotaciones agropecuarias y abrevar ganado.
Hoy el clima es cambiante, olas de frío o de calor, etapas invernales o sequías que producen pérdidas en la actividad agropecuaria. ¿Por qué los cambios en el clima es la pregunta y qué hacer para recuperar nuestro clima ecuatorial?
Hay dos causas que ocasionan el cambio climático, la primera es la agresiva explotación industrial de los países del primer mundo con sus emanaciones de CO2 a la atmósfera; la segunda, la expansión de las fronteras agrícolas en nuestro país a partir de los años 50 por la necedad de producir más alimentos y por la inducción de transnacionales a producir más con la utilización de agroquímicos hicieron que miles de hectáreas sean deforestadas de manera inclemente para establecer la explotación agropecuaria intensiva. Perdimos gran cantidad de especies forestales y ocasionamos un desequilibrio en el clima por la falta de acción y función que hacen los árboles, además constantes estados de falta de salud en las poblaciones sobre todo de las ciudades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó una medida o índice de mantenimiento de áreas verdes, el Índice Verde Urbano (IVU) que debe ser de 9 m2 por habitante. El INEC realizó un estudio sobre este tema en las ciudades del Ecuador llegando a la alarmante conclusión que el 95% de los municipios del país no cumplen con este índice.
Debemos trabajar todos para lograr este índice (IVU) así recuperar nuestro clima y nuestra salud, motivando a los municipios que dentro de sus planes de ordenamiento territorial contemple la creación y conservación de áreas verdes, garantizar desde los gobiernos locales el incremento de estas áreas para el esparcimiento y recreación de la población y así mejorar la calidad ambiental del territorio y recuperación de especies forestales en extinción.
Pedro Pablo Jijón Ochoa