No solo estoy indignado, me siento molesto y frustrado, de esa atención inhumana, negligente del IESS.
Una de mis empleadas, al tener una molestia solicito una cita en Ginecología del Hospital del IESS de Ibarra, le dieron después de varias semanas de lo que solicitó, le atendió una señora cubana que dice ser médica ginecóloga, que le dijo “chica, todo está bien no seas nerviosa, es solo una inflamación”.
Al seguir con molestia, haciendo un verdadero esfuerzo económico, mi empleada una señora de 42 años con tres hijos, dos de ellos adolescentes, fue a un ginecólogo particular, que le detectó un cáncer del cuello del útero. Detectado esto se intentó que la atendieran en Solca, a través del IESS, trámite que se pudo realizar, por la favorable y pronta atención del director de Hospital del IESS Ibarra, pero para esto ya pasaron varias semanas, al llegar a Solca, hacen exámenes complementarios y ven que ya no es operable, que se ha agravado significativamente y hay que dar quimioterapia y radioterapia, que es un cáncer con infiltración IIIB, es decir sumamente grave.
Señor ingeniero Espinosa, ¿Usted permitiría que le atienda esta señora cubana, a su esposa o hija? ¿Quién responde ante la señora de 42 años y su familia, por la ignorancia, negligencia e ineptitud de esta mediocre profesional cubana, no es admisible equivocarse en un diagnóstico de vida o muerte?
Usted señor ingeniero Espinosa, no va a sufrir los estragos del tratamiento agresivo al que tiene que someterse la señora, para tener quizás una posibilidad de vida, ¿quién indemniza el sufrimiento y quizás la vida de la señora?.