Los noticieros hablan hasta la saciedad sobre la crítica condición del IESS, e inclusive indican las causas, ya por todos conocidas. Como ya es costumbre, no combatimos las causas del problema sino que tratamos de solucionarlo a través de otras acciones que, a la postre, ocasionaran más distorsiones al sistema con los males enraizados en ella.
La primera solución es reducir inmediatamente la planilla de empleados de administración; reducir su número al del año 2007. La nómina está supe inflada.
La segunda solución es eliminar a los beneficiarios no aportantes del seguro médico. ¿Es duro, inhumano, sin espíritu de solidaridad?, ¿La gente tiene derecho al trabajo? si, tiene derecho al trabajo, pero no a un sueldo si no produce eficientemente.
¿Tiene derecho a una atención médica? es cierto, pero si no está en capacidad de pagar al seguro, que los costos los asuma el Estado a través del Ministerio de Salud Pública y su red de hospitales.
Si no se corrigen estas distorsiones, ¿quiénes a la larga la pagaran? De ninguna manera sería justo que sean los aportantes o peor aún, aquellos que toda su vida fueron el sostén del IESS: los jubilados.