Los médicos del servicio de traumatología del Hospital Pablo Arturo Suárez decidieron sacar a la luz pública el grave desabastecimiento que afecta a esa unidad médica.
Gran muestra de valentía de los galenos que descubre, desgraciadamente, solo la punta del iceberg en que el sistema de salud ecuatoriano se debate, y en los últimos años, entre la anarquía y el caos.
En los hospitales públicos se ha vuelto una costumbre de los directivos prohibir al personal de salud dar información a la prensa, invocando el principio de confidencialidad del código de ética y amenazan con sanciones allí establecidas.
Cabe señalar que la confidencialidad tiene que ver con el respeto que debemos a la información de los pacientes, de ninguna manera constituye un instrumento para proteger la buena o mala gestión de las autoridades. Si las deficiencias y el desabastecimiento del hospital conspiran contra la atención médica, lo ético es decir la verdad y un buen ejemplo a seguir. ¡Enhorabuena!