Liga, Rodrigo y la ciudad, es el título del artículo con el que nos deleita Pablo Cuvi el 6 de octubre del 2018. Es un breve repaso de la historia de LDU, que esta intrínsecamente vinculada a Don Rodrigo Paz, ¡si Don Rodrigo!, apelativo que se lo ganó por su sabiduría, denuedo y sobre todo por su trabajo desinteresado en beneficio de una institución de tanto prestigio como es Liga.
Los frutos de ese esfuerzo los plasmó en los logros impecables de Liga en el ámbito local e internacional, de lo cual ya no es necesario redundar, más bien, la intención es relievar lo hecho por Don Rodrigo y su vástago Esteban, quienes han anunciado su retiro, el mismo que no es conveniente para la institución, pero justo y necesario para estos dos protagonistas de la vida del club.
Gracias, con mayúsculas es lo que les debemos ofrecer de por vida, y rendirles el homenaje que se merecen, distinción que deberá ser estampada básicamente en nuevos logros del equipo de fútbol, ya que las placas, cocteles y demás no les hacen mucho favor, porque son personas con una cuota bajísima de narcicismo, pero con un elevado sentido del servicio, el emprendimiento, el trabajo diario tenaz, etc., reflejados en resultados indiscutibles.
Ellos no estuvieron en las canchas de tierra y césped, estuvieron más bien en las canchas de la planificación, organización, orientación, toma de decisiones, e intervención clara y oportuna en bien del equipo de sus amores.
Muy difícil que lo hecho por ellos se vuelva a repetir, sin embargo, dejan un legado impresionante que será la brújula a seguir por quienes les tomen la posta.
Todo lo que se diga es poco con respecto a lo que les debe Liga y el Ecuador, porque el equipo alcanzó varios torneos internacionales, en especial la Libertadores de América, representado al país.