Días atrás regresaba a casa y por segunda vez en mi vida veo grafiteros pintando una pared esquinera al inicio de La Prensa, 2 chicas y 3 muchachos. Eran los NiNi, “ni estudian ni trabajan”, generados por la ‘ribulución’. Pintaban ‘maravillas’ de letras coloridas sin sentido. Parecía una electrocución mental. Me bajo a preguntarles sobre el hecho y pasamos ‘conversando’ algunos minutos. Yo les reclamaba el hecho y resulta que la dueña de la casa los autorizó, ni modo, entonces al calor de mi reclamo hago una pregunta de álgebra y me responde bien uno desde el fondo mientras raja la pared con espray.
No hubo como hacerles entender que esto es realmente feo y convierte en tugurio la ciudad y principalmente los turistas se asustan y creen que ahí mismo los asaltan o matan. La propuesta mía, que espero que el Municipio la recoja con promoción y premios, es que la sociedad entera les ‘exija’ y ellos se apropien del objetivo de pintar un mural que logre que el turista más despistado se tome una foto con ese fondo. Recuerdo un mural en Internet de alguna ciudad, la cara linda de una mujer afro y arriba del muro un árbol que simula su pelo ensortijado en un trasfondo idílico. Eso sí atrae, no las letras fierísimas legibles solo para el artista pandillero. ¿Señalan territorio feamente? Ahí ningún turista se toma ni agua.
Y yo les hacía ver las lindas paredes vecinas intactas, hice parar a autos, que opinen si les gusta el ‘mural’, les pregunté si ya pintaron toda su casa, si a su mamita le gustó su cocina pintada igual. Nada, no entendían, cabizbajas las chicas, embrutecidos los ‘artistas’.
¿Podremos Municipio y sociedad lograr esos murales en poco tiempo, y reemplazar esas malditas manchas?