Estimados compatriotas, felicitaciones. Entre los méritos que tal vez les llevaron a esa muy digna posición, ojalá esté el de asumir el reto de unificar al país con criterios de bien común, mucho más allá del cacofónico escándalo politiquero de la campaña.
A tal efecto me permito sugerirles una estrategia que, de ser admitida por todos, haría mucho bien a cada una de sus ciudades, regiones y al país, no sólo en bienestar y salud sino también en imagen, por lo menos a escala regional, que buena falta nos hace…
Se trata de dar los pasos necesarios para producir una ordenanza conjunta prohibiendo, en cada una de sus comunidades, terminantemente, mantener encendidos, por más de 20 segundos, los motores diésel mientras el vehículo esté estacionado.
Esta previsión evitaría un daño descomunal al ambiente y a la economía del país mucho más que tantas campañas que duran lo que dura la costosa propaganda, aparte de constituirse en ejemplo para otros países.
No hay argumentos técnicos, científicos o prácticos a favor de esta costumbre: Es sólo un hábito, producto de un escaso sentido común, con consecuencias desastrosas: gasto inútil en combustible e innecesarios en lubricantes, filtros, desgaste de motores y espantoso volumen de descargas al ambiente, más los costos de repuestos, reparaciones, sustituciones y tiempo perdido que pagamos los usuarios y el país en general.
Los ciudadanos les anticipamos nuestro agradecimiento en nombre de las generaciones que vienen.