Aún podemos tener el derecho de mirar lo que sucede en nuestro entorno, así, en un viaje de ida a Latacunga el 7 de octubre, con retorno a día seguido, pude ser testigo de dos hechos visibles a simple vista de un común mortal. A la ida hacia el sur, pasando la entrada a Guaytacama, entrada por Piedra Colorada, más o menos un kilómetro hacia el sur, en todo el carril pegado al borde occidental estaba siendo reemplazada la capa asfáltica que se había deslizado, creando fisuras a lo lago del camino por más de 4 kilómetros. Queda así un gran parche en una flamante carretera que aún no ha sido inaugurada. Quizá algún Fiscalizador del MOP siquiera se pregunte la razón del porqué de lo que están rehaciendo.
De regreso hacia Quito, desde antes de La Avelina, empezó a llover y me pude fijar que en grandes tramos de la flamante vía se formaban espejos de agua sobre el pavimento y los carros que pasaban esparcían agua desde las llantas hacia los costados. Para los que manejamos por algún tiempo, es sabido que esto se debe al agua lluvia que no ha drenado en forma adecuada hacia las cunetas y que constituye un peligro si un vehículo tiene que frenar por cualquier motivo. Igual en este caso, no creo que un fiscalizador del MOP haya circulado por esa vía en circunstancias similares. Sera que yo sí uso lentes y sólo yo puedo ver.