Creo que somos muchos los ciudadanos que durante diez años nos sentimos ofendidos y avergonzados por la falta total de respeto a la opinión ajena, sea contraria o simplemente diferente, que el anterior Presidente puso en práctica por tanto tiempo. Los taurinos no somos grupo organizado ni clan ni secta, somos ciudadanos de a pie a quienes los medios no dan el mismo espacio como a los “anti” para simplemente explicar el porqué de nuestra afición. El vínculo de esta Fiesta con el mundo rural es total, ya que el toro es el centro de ella. Desgraciadamente ciertas ideologías urbanas extremistas o radicales cuentan con más votos y tratan de imponerse incluso con violencia. Pido al nuevo Alcalde de Quito que también se digne dialogar con los taurinos que aunque somos minoría también tenemos los mismos derechos que los “anti”.