EL COMERCIO, publica una carta del señor Julio César Navas Pazmiño (¿Podría Cristo haber elegido otra época para venir?), en ella especula varios aspectos; dice que,… ‘Su mensaje de cambiar el corazón de las personas aún no convence a la humanidad’. Concluye diciendo entre otras cosas que… ‘pero la exclusión y la desigualdad no terminan’. Contradictorio…. Estos y los demás argumentos que esgrime son de una persona carente de fe. Sin embargo, debo ser sensato y respetar sus especulaciones, lo cual no quiere decir que las comparta, me siento en la obligación de contestar esa carta y manifestarme como cristiano que soy.
Cristo nace en una época en que no existía la tecnología actual, no se había producido ninguna guerra mundial, tampoco la Inquisición. Nace cuando su Padre lo dispone y trae consigo varios mandamientos, entre otros, difundir su palabra, y algo que solo el verdadero amor puede concebir, “ofrecer a su hijo en crucifixión para pagar los pecados de la humanidad”. En crónicas 7:14 se aprecia lo siguiente: “El mundo dice, si Dios existiera no habría tanta maldad en la tierra. Dios dice si la gente obedeciera mis mandamientos, no habría tanta maldad en la tierra”. Con respecto a que la exclusión y la desigualdad no terminan, no debemos olvidar que han sido creadas, garantizadas y posiblemente perennizadas por los hombres, llevan su firma y sello. Hebreos 11:1, dice “La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”. La Fe es una palabra pequeña pero con un gran poder, y si no que lo digan los jugadores de Liga (mi equipo), que en la final con el nobel Delfín de Manta, antes de cobrar los penaltis, confiaron en San Gabarini y San Valencia; los cetáceos por su parte se arrodillaron e imploraron al Dios del cielo que les ilumine ante el Goliat ecuatoriano; el resultado ya es historia, pero nos evidencia que los unos tuvieron fe en Cristo, los otros confiaron es sus propias fortalezas. Para concluir este mensaje hago una aclaración, no soy cura, pastor, rabino, ni nada por el estilo, soy un cristiano lleno de fe, esperanza y caridad, convencido que hay un Dios que estará esperando que en estas navidades prioricemos el nacimiento del Mesías y antes de la cena elevemos una oración agradeciendo con fe los alimentos que nos vamos a servir. Dios bendiga grandemente al Ecuador, incluido el señor Navas.