Se defiende a capa y espada, sobre todo en ciertos medios, la institución de familias compuestas por personas del mismo sexo y que incluyen hijos. Si ahora la sociedad lo acepta se abre la puerta, ¿por qué no?, para más tarde aceptar familias de bígamos, de un padre y su harén, o de otra que incluya a la mascota, pues ya vale todo, todo menos el concepto de familia tan venido a menos.