Es indignante e inaudito observar cómo se sigue haciendo víctimas a los animales, de las más execrables prácticas de sadismo y perversidad, esta vez me refiero a los animalitos que son torturados y sacrificados en mataderos de toda especie, acaso el pertenecer a la ‘civilizada’ especie humana, nos da patente de corso para cometer atrocidades? Es emblemático el caso de los cerdos en sus corrales y la manera espeluznante cómo se los sacrifica. ¿Quién puede poner coto a estas acciones?, o es que como los animales no dan votos, a nadie importa, le asiste toda la razón al brillante y polémico escritor colombiano Fernando Vallejo, cuando reflexiona sobre este tópico; con qué derecho podemos implorar favores al Creador o hablar de Derechos Humanos, de civilización, etc., si somos indiferentes con estos actos incalificables de barbarie, mientras sonrientes de gula, nos ponemos frente a una paila de frituras, con los despojos de un animalito que fue sometido a las más crueles torturas.