El Sr. presidente Correa tiene razón al querer usar las utilidades excesivas de ciertos bancos para subir el bono de la pobreza. Se incluyen lastimosamente bancos que años atrás otorgaban créditos que sí han servido para el desarrollo de este país.
Lastimosamente muchos bancos con las tarjetas de crédito han logrado que se viva la religión del evangelio consumista al emitir todo tipo de tarjetas. Más que servir, ayudan a gastar el dinero que no se tiene. Se hipoteca el futuro de gente ingenua al creer que es solamente dinero y hay que gastar diferido más de lo que se tiene. Si paga lo mínimo ya se esclavizaron y dependen de este sistema. Es la democratización, que los banqueros la llaman “del crédito”, pero realmente es la democratización de la esclavitud.
Bien el Presidente por abolir la esclavitud y borrar la existencia del ente que controlaba y juzgaba a los ecuatorianos entre buenos y malos y, sobre todo, la venta libre de ‘esclavos’, al entregar las carteras vencidas de bancos quebrados a cambistas que se tragaron a los pequeños. La infamia del tráfico de esclavos es igual que en la antigüedad: sin consentimiento de aquel ser humano que se lo vende como artículo usado.