En los años 60, los jóvenes nos entusiasmamos con la Revolución Cubana y sus míticos guerrilleros, pues anunciaban un futuro de Justicia Social, Paz y Libertad para las mayorías populares, pero con el tiempo lamentablemente se implantó el estado de partido único, gobierno unipersonal y un sistema económico cuyas carencias se imputan al embargo implantado, lo cual no debería afectar a un país que en uso de su soberanía nacionalizó todos los medios de producción, y que bien comercia con el resto de los países que están fuera de la órbita occidental como Irán, Birmania, Etiopía, Corea del Norte y especialmente China, que pese a su gobierno socialista, ejerce un capitalismo más agresivo que el “imperialismo yanqui”, pero debe desarrollar su propio modelo socioeconómico más exitoso que el anterior.