En los días inmediatos al 19 de febrero no faltaron los comentarios sobre los plantones de los quiteños frente al CNE; se afirma que son “pelucones”. Veo en retrospectiva la “década ganada” y encuentro que fueron tiempos de una buena dinámica económica, las empresas vendieron bien porque el Gobierno se encargó de inyectar liquidez en la economía del país con su modelo centralizado de inversiones estatales.
Dejando a un lado la validez o no de este sistema, ¿Quiénes fueron los mayores beneficiarios de esta situación? Pues… la gran empresa y la clase media, segmento poblacional que por estar mejor preparada tuvo empleo con buenas remuneraciones; y ahora son quienes están en contra de la continuidad del gobierno. ¿Será que tiene mayor conciencia social, que está más informada y que, por lo tanto, se da cuenta del desgobierno, o protesta porque se le acabaron las prebendas? Prefiero quedarme con las dos primeras hipótesis.
Un poco de Historia: cuando en 1972 los militares se tomaron el poder viendo que se iniciaba la era petrolera, la relación deuda externa/PIB era de 4,1%; con su política de endeudamiento agresivo llevaron éste índice a 28,6% al entregar la presidencia a Roldós en 1979; la nueva etapa democrática tuvo que enfrentar, además de la pugna de poderes, la revuelta estudiantil de 1980, el paro de transportistas y en mayo del 81 el paro nacional de trabajadores que protestaban por los graves problemas de una economía que los militares no supieron administrar en la época de vacas gordas, exactamente igual a lo que sucederá con el nuevo gobierno que está a punto de iniciar en mayo del 2017.
Casi una copia fue lo de los años 90, el país destrozado por los malos manejos del sistema financiero nacional, lo recibió Mahuad y se dieron similares convulsiones, con una mayor presencia de clase media en las calles. En nosotros los ecuatorianos calza muy bien aquello de que quien no aprende de la historia, está condenado a repetirla.