Quienes han llegado a posiciones de ejecución o de legislar y buscan aprovecharse de su situación vendiendo puestos públicos, atentan contra su moral, el orden establecido en la carrera administrativa, los fondos invertidos por el Estado en las universidades, especializaciones y el esfuerzo de las personas que sacrifican tiempo y dinero para alcanzar un sitial en el manejo de la cosa pública.
Los esquemas de la organización, se ven infectados por la intromisión de personas y elementos desconocidos a su funcionamiento, lo que causa entorpecimiento y confusión en su desarrollo. Ejemplos tenemos en el manejo de los inventarios de las medicinas en los hospitales, en el control de los mismos, en el desconocimiento de la ley que trata de mantener los stocks sin que caduquen.
El desorden hace que gente inescrupulosa se aproveche y venda las medicinas que están para sanar a nuestra población. Otro ejemplo está en poner personal neófito para el manejo del Metro de Quito, arriesgando una obra de dos mil millones de dólares, sin tomar en cuenta su complicado manejo que abarca, experticia, conocimiento, regulación, desarrollo y beneficio a la comunidad, al tener una obra en marcha, con un adecuado respaldo de repuestos y maquinarias y conocimientos emergentes. La actualización de leyes en esta materia, debe darse a beneficio de la ciudadanía, una minuciosa revisión a la Ley de Carrera Administrativa pro defensa de honrados servidores públicos, una revisión por parte del Consejo Electoral de los estatutos de los partidos políticos, que deberían depurar a sus miembros, so pena de ser penalizados por las autoridades electorales.