Al 23 de abril se lo ha fijado como el Día Internacional del Libro. En este sentido, en escuelas y colegios se debería poner más énfasis e hincapié, en que la enseñanza esté acompañada de actividades que propendan y tiendan a calar muy hondo en los alumnos el entusiasmo y el amor por la lectura, y para que, concomitantemente, aprendan a tomar mayor conciencia de sus deberes y derechos.
Todo esto contribuirá a la postre, para que el ciudadano del futuro, procure tomar verdadera conciencia de la enorme responsabilidad que tiene para consigo mismo, para con la sociedad y para con la patria.
Le permitirá a su vez, que llegue a tener pleno conocimiento y capacidad para que pueda ejercer libre, digna y responsablemente su sagrado derecho al voto, sin permitir que ningún partido político ni nadie lo manipule ni engañe bajo ningún concepto ni pretexto ni a cambio de ninguna prebenda –tal como sucede ahora-, por muy atractiva que pudiera ser o parecer, lo que, sin duda alguna ha contribuido para que por repetidas ocasiones se elijan mandatarios que realmente no nos merecemos, lo que ha incidido, lastimosamente, para que los ecuatorianos en lugar de crecer y avanzar hacia nuevos y positivos derroteros, nos encontremos cada día más sumidos en la desesperanza.