Quito está ubicado en la línea equinoccial, y los rayos caen de forma perpendicular, siendo así más agresivos para la piel. Por lo cual, es importante mantener un adecuado cuidado de la misma. Como se sabe, las células de nuestro cutis tienen memoria, que se han visto expuestas a diferentes agresiones y a los rayos UV (Ultravioleta), causando irritación y quemaduras al no estar protegida, afectando el órgano más grande del cuerpo, la piel. La cual se ha vuelto más frágil y sensible a causa del clima. Por eso, tras excesivas horas bajo el sol, en la ciudad, es necesario aplicar una serie de cuidados exhaustivos para mantenerla hidratada, luminosa y libre de manchas. Evitar exponer la piel al sol entre las 11:00 a.m. y 15:00 p.m., usar siempre protector solar, de preferencia factor 50 o más; repetir la aplicación del filtro solar cada 3 horas; cubrir las partes más expuestas al sol; evitar realizar procedimientos cosméticos, si se expone al sol, como: laser, pealings, derma-abrasión, uso de ácidos ejemplo: mandélico, glicolico, salicilico, entre otros. ¿Protector o pantalla solar? Ambos productos protegen la piel de la radiación ultravioleta. La diferencia es que el protector absorbe la RUV (Rayos Ultravioleta), y la pantalla hace un efecto de absorber y reflejar la RUV. Los infantes menores de 6 meses cuya piel no debe ser expuesta directamente al sol, necesitan cuidados especiales, y a partir de los dos años, el médico especialista puede recomendar usar pantallas solares hipoalergénicas, siempre mayor a 30 UVB y 10 de UVA. Un protector o pantalla solar puede generar una protección de 4 horas dependiendo de la exposición al agua y actividad física. Es importante utilizar protección solar al final de cada protocolo de limpieza facial, que usted mantenga, ya sea cuando proceda a desmaquillar, exfoliar, tonificar.