Terminada la visita oficial del Presidente Moreno a los Estados Unidos, vale señalar dos cosas: la soberbia o autosuficiencia con la que los voceros del Ecuador presentan ante los medios de comunicación los logros alcanzados; y, los agoreros del desastre que creen que un convenio de esta naturaleza no se aprobaría o, al menos, su “impredecible” aprobación.
Sobre lo primero, creo menester que al referirse a las conquistas que se alcanzarían luego de la visita, deberían destacarse dos hechos importantes: el primero la apertura del Presidente Trump hacia el Ecuador con el propósito de que ellas se concreten, cuanto antes; y, el segundo, el eficiente papel demostrado por nuestra Embajadora Baki, gracias a cuyo acercamiento personal se han facilitado las reuniones.
En lo que respecta a la aprobación de dicho acuerdo por parte del parlamento ecuatoriano, es inentendible que aun defendiendo la firma de dicho Tratado, se plantee como “peligroso” el entendimiento aludido como lo señala Vicente Albornoz en Diario EL COMERCIO del 16 de febrero.