El Precursor de la Independencia de Venezuela, Generalísimo Francisco de Miranda se alistaba en Europa para embarcarse con 120 hombres con el fin de iniciar las guerras de Independencia. Su amante Carlota Hall le pidió que la llevara con él. Miranda le respondió, “Imposible, la ley no permite que una mujer, viaje con tantos hombres a bordo”.
Ante esa negativa la bella danesa, amenazó suicidarse. Miranda le pidió un plazo. Llegado el día, él le dijo: “Definitivamente no te puedo llevar. Pero te llevaré en mi bandera”.
¿Cuál bandera? Le increpó ella, fastidiada. Dime, esa bandera que ves en el palo mayor, de mi barco, ¿qué colores tiene? Veamos. . . amarillo, azul y rojo.
Pues esa bandera eres tú, ya que tiene, el amarillo de tu bella y abundante cabellera, tiene el azul de tus ojos, que parecen un pedazo de cielo, y el rojo de tus labios, que cada día, me embrujan más.
Al desembarcar en Venezuela en 1806 el Generalísimo, izó su tricolor.
Luego en 1811, el Congreso la escogió -en homenaje a Miranda- como el lábaro oficial, de la nueva República.