Definitivamente, no creía lo que estaba mirando en la TV. Estudiantes del prestigioso Colegio Juan Pío Montúfar, que antaño se preciaban de “señores”, ahora en pleno siglo XXI “estos chicos valientes” actuaban con saña y crueldad, propias de individuos sin conciencia ni moral, con el alma llena de maldad. Parapetándose en el anonimato demostraban su cobardía, para atacar a un grupo de ecuatorianos que trabajan como policías y hacen presencia en los conflictos sociales para precautelar el orden y la seguridad de los ciudadanos. Y llega al clímax la barbarie cuando el grupo de policías pretendiendo protegerse de los ataques de piedras se encuentra arrinconado en el portón del colegio, donde de la manera más aleve es objeto de prácticamente una “lapidación”, del modo como nos relatan los ejemplos bíblicos. Piedra por todos los costados y con molones de construcción, lanzados desde la parte superior del portón hacia abajo, con fuerza y afinando la puntería por parte de “los chicos valientes”. El resultado: policías heridos con traumatismos, entre ellos una mujer policía con graves traumatismos en la cabeza.
Lo arriba señalado obliga a una reflexión respecto de la presencia policial en actuaciones como la que nos ocupa. Se hace evidente que actúa desprotegida, ya que en varias oportunidades los grupos policiales antimotines han sido atacados a mansalva por manifestantes y políticos plenamente identificados, teniendo que soportar estoicamente estos ataques. Estas situaciones se podrían evitar si se utilizarán grupos de respaldo con personal de buena contextura física que actúen, de ser el caso, con la necesaria y debida energía. Por otra parte, considero que se debe evitar utilizar en estos casos al personal policial femenino.
Con este motivo, también debo expresar algo que no me sorprende. Se trata de la insensibilidad, el quemeimportismo ante este tipo de situaciones, en las que debería aparecer la solidaridad con la institución de parte de las organizaciones de policías en servicio pasivo, tanto de oficiales como de tropa, encasillados bajo membretes pomposos de asociaciones, círculos, federaciones…