Con gran dolor y preocupación leo la confrontación legal que se da en el Colegio De América. Fui alumna de Físico-Matemático y me gradué en 1981, más tarde (1982) fui profesora de Matemáticas por varios años, en mi querido colegio, gracias a una invitación del Lcdo.
Arroyo Robelly, quien fue mi profesor. Siempre me ayudó a ajustar horarios para darme la oportunidad de estudiar y trabajar. Gracias a la formación académica que recibí no tuve problemas de graduarme como matemática en la Escuela Politécnica Nacional, ser licenciada en Ciencias de la Educación en la Universidad Técnica Particular de Loja, donde también hice una maestría.
En Ecuador pude ejercer la docencia en la EPN, Universidad San Francisco, Universidad Central y Escuela Militar “Eloy Alfaro”, así como en el Colegio Francés. Hoy vivo en Toronto-Canadá, desde hace 12 años y soy gerenta de Servicios Financieros del Banco de Montreal, donde he sido nombrada dos veces como la mejor empleada. Un reportaje salió publicado en EL COMERCIO el 20 de febrero del 2007.
Menciono todo esto, porque la mística por la educación y la superación es algo que aprendí -y enseñé- en el Colegio De América, ya esta era la visión de la Dra. María Angélica Carrillo y fue lo que continuó el Lcdo. Arroyo. Siempre recuerdo sus palabras: “Quien educa a un hombre, educa a un individuo.Quien educa a una mujer, educa a una generación”.
No se puede permitir que intereses personales, que siempre han rondado al Colegio desde la muerte de su fundadora, hagan daño a niñas y jóvenes que quieren formarse en esta noble institución. Si hay algo legal que deba clarificarse, que se lo haga en los juzgados y no en las aulas del plantel.