Dos noticias captan el interés público nacional. La cita Moreno-Trump en Washington y el inicio de la audiencia de juzgamiento de los implicados en el caso Sobornos. EL COMERCIO trae en su edición del 9 de febrero, dos notas interesantes. En el primer caso, en artículo de opinión titulado “Correa, Moreno y la propaganda”, su autor el Sr. Marco Arauz Ortega señala que la reunión presidencial bilateral parece más el resultado de la amistad personal de la nueva Embajadora Baki con el presidente Trump, antes que de una gestión sostenida en el ámbito diplomático. Para el segundo caso, en la sección Seguridad y Justicia, se inserta la nota “Tribunal advierte a Alexis Mera sobre uso de artimañas legales”.
En ambas informaciones existe un imperceptible factor común, si los ecuatorianos con memoria recordamos que al inicio del régimen actual, el propio presidente Moreno propuso el nombre del ex secretario jurídico del correato (hoy detenido aunque con arresto domiciliario, y procesado por su presunta participación el caso Sobornos) para que sea el embajador ecuatoriano en los EE.UU. El resto es historia conocida. De lo que no cabe duda es que la gestión del ex embajador Francisco Carrión Mena y la presencia de la Embajadora Ivonne Juez de A-Baki, coadyuvaron a que se optimicen las relaciones de nuestro país con la potencia norteamericana, más allá aún de las visitas del vicepresidente Mike Pence, el secretario de Estado Mike Pompeo y el director del Consejo de Seguridad Mauricio Claver-Corone.
Ojalá algún día los ecuatorianos lleguemos a conocer sobre el verdadero motivo que impelió al presidente Moreno, para que propusiera a semejante personaje para que nos representara ante el gobierno de los EE.UU. Me imagino, solamente que un motivo pudo ser que alguien recomendó o pidió tal nombramiento y otro puede haber sido, ojalá que no, que existía algún tipo de compromiso del presidente con este ciudadano. Conocer la verdad es también parte de la ofrecida y frustrada cirugía mayor.