La ética pública no sólo trata sobre la corrupción que se genera cuando empleados y personeros públicos se disponen de dineros que fueron entregados para su custodia y su óptimo manejo, también se presenta cuando la Asamblea que está llamada a crear leyes, regulaciones y normas no las emite, o las hace a destiempo o cuando a la existencia de hechos corruptos, no estudia las causas y depura las leyes vigentes para evitar que sigan dándose estos casos, con el fin de que los administradores de justicia actúen independientemente y puedan juzgar actos sin reconocer personas por sus cargos o influencias.
También es ética pública tratar que la mayor cantidad de masa circulante llegue a la mayor cantidad de ecuatorianos con el fin de evitar que aumente el trabajo informal, evitar que por falta de medios no se pueda progresar o salir adelante. En este año el incremento del IVA en 2 puntos, el cobro del 3% sobre los beneficios, el cobro del .09% sobre patrimonios mayores a un millón de dólares, la creación de impuestos a los cigarrillos, cervezas, gaseosas y telefonía, así como el incremento de la gasolina en las gasolineras de Petroecuador. La subida del encaje bancario de 2% al 5%, que resta circulante, precisamente ahora que nos encontramos en recesión, seguramente para que el Banco Central, disponga de mayores recursos y siga cubriendo las entregas, como lo ha venido haciendo, al sector público. Se suma el Impuesto sobre La Ley de Plusvalía que se espera esté aprobado antes de finalizar el año.
Los impuestos deben servir para financiar preferiblemente: educación, salud, seguridad y justicia y crear una razonable infraestructura vial y comunal. ¿Cómo podrá lograrlo si se dice que el impuesto a la plusvalía, se debe a ganancias extraordinarias en bienes entregados por el Estado? ¿Acaso estos bienes no se hicieron con impuestos cobrados por el Estado? No cabe impuesto sobre impuesto y al existir ganancias, la ley, ya prevé un impuesto sobre este rubro.