Han transcurrido dos años desde que un grupo de docentes, la mayoría jubilados de la Universidad de Guayaquil, presentó un reclamo por descuento excesivo de nuestros fondos de reserva (2001-2009).
El IESS de Guayaquil, nos dio la razón y emitió glosas contra la Universidad de Guayaquil. El señor Rector apeló y el caso fue enviado a Quito el 20 de marzo del año que decurre. Han transcurrido tres meses sin que se tome resolución alguna, atropellando la Constitución que demanda atención prioritaria a los jubilados. El ingeniero Richard Espinoza, en su calidad de presidente del Directorio del IESS, en meses pasados declaró públicamente que sancionaría la corrupción y el tortuguismo, ¿pura palabrería?
Ojalá que este alto funcionario sancione ejemplarmente esta burla que se hace a nuestros intereses, sancione a estos malos servidores, y los obligue a trabajar como es su obligación.