Cada investigación que diferentes personas naturales y jurídicas realizan sobre su situación financiera, termina levantando enormes preocupaciones en la ciudadanía en general y particularmente en las personas dependientes de él, como el suscrito. Las últimas se derivan de la información publicada por EL COMERCIO en su edición del 18 de Julio donde expresamente se señala que “en 40 años el IESS, de la manera como se lo estaba administrando, iba a tener un déficit en el seguro de pensiones de USD 208.841 MILLONES” y que inclusive “el fondo de pensiones, para quienes tienen la expectativa de jubilarse en aproximadamente 10 años, estará agotado”.
La situación es enormemente preocupante porque dependemos directamente del Seguro Social nada menos que 7’748.356 personas, incluidos los menores de 18 años que suman 2’924.792 y que en forma irresponsable fueron incorporados sin el pago de aportes, porque simplemente estaban cerca unas nuevas elecciones y había que aumentar los votos a favor, sin importar el costo financiero y los problemas de desfinanciamiento que se le causen al IESS. Dada la situación mencionada habrían exclusivamente dos alternativas:
1) que el Gobierno Central cancele todas sus obligaciones en el menor plazo posible, dado el enorme monto de las mismas, pues solo la deuda del 40% de las pensiones superaría los USD 3.100 millones, independientemente de los pasivos de salud que este año sobrepasarían los USD 1.245 millones.
2) Aumentar las aportaciones de los afiliados o la edad de jubilación, lo que naturalmente no sería bien recibido, pero que es una manera inevitable de salvarle al Instituto, dadas las irresponsabilidades con las que se le administró en la década pasada.