Así se titula el libro de Gabrielle Hogan-Brun (Univ. de Bristol), en el que hace un análisis de la importancia de las lenguas en el éxito económico de los negocios y las naciones. Hogan-Brun nos recuerda la celebrada frase de Willy Brandt, excanciller de la República Federal de Alemania: “si yo estoy vendiendo, yo hablo tu lengua, pero si yo estoy comprando, dann müssen Sie Deutsch sprechen (entonces tu tienes que hablar alemán)”.
Según Grin y Vaillancourt en la Enciclopedia de Lingüística Aplicada (2012), el dominio de más de una lengua es vital para la economía de las naciones, estimando que, si en Suiza todos los francófonos olvidasen su alemán y los germanófonos olvidasen su francés, el PIB se afectaría hasta en un 9.5%. El “EF English Proficiency Index (EF EPI)” compara entre países que tan buenos son sus habitantes en el dominio de la lengua inglesa. Resulta que este índice tiene una correlación positiva con la riqueza de las naciones.
Países como Suecia, Dinamarca y Noruega encabezan el índice con las mejores calificaciones. De un total de 80 naciones, Ecuador está en el puesto 55, con una calificación de 49 puntos sobre cien; es decir, mediocre y sin domino del inglés. Si el concepto “bilingüe” tiene algún valor para la supervivencia económica de Ecuador, éste entonces debe estar vinculado a los idiomas que rigen sobre el comercio mundial, el desarrollo de tecnología, ideas y ciencia.