El 24 de marzo del 2019 los quiteños vamos a elegir, entre otras dignidades, a un nuevo Alcalde. Pero: ¿Qué perfil de candidato buscamos? ¿Qué sea joven o viejo? ¿Hombre o mujer? ¿Qué sea nuevo en la administración pública o que tenga experiencia? ¿Qué su formación sea de administrador, de financiero, de operativo, de urbanista o de político?
Lo cierto es que debe ser una persona capaz de proponer y ejecutar un proyecto a largo plazo que resuelva los problemas de transporte, de seguridad, de vivienda y de trabajo de los quiteños. Además, tiene que ser un hombre o una mujer que demuestre y fomente honestidad, que proponga y exija unidad, y que tenga como objetivo final la felicidad de los capitalinos. ¿Existe ese candidato redentor?