La humanidad otea el fin de su existencia vital en un horizonte cada vez más lejano. Su expectativa de vida se alarga, lo que hace necesario prolongar su rol laboral en beneficio de su salud y para mejorar así su retiro de jubilación. No al aumento de aportaciones, tampoco a la eliminación de décimo, pero sí a una desburocratización de su personal obeso; sí a una revisión de la decisión populista sobre la cobertura de los hijos menores de edad sin un céntimo de aportes, y un sí rotundo al aumento progresivo de la edad mínima para la jubilación, es necesario para el empleado y para las arcas del Seguro y su sostenibilidad en el futuro.
Si el panorama del empleo en el país ha venido complicándose es por las rígidas condiciones laborales, lo que hace imperativa una pronta reforma laboral desde el Ejecutivo para de esta manera flexibilizar las diversas modalidades de contratación por horas o por obras sin precarizarlo, para otorgar a todo trabajador su cobertura de salud y afiliación. De esa manera se obtendrá una multiplicación en la generación de empleos para nuestros jóvenes connacionales y migrantes.