Si bien es cierto, nuestro paÃs es bendecido por tantas maravillas naturales y gozar simultáneamente de las cuatro estaciones, que lo convierten en lugar apetecido por turistas nacionales y extranjeros; no es menos cierto que hace falta un verdadero y eficiente control, tendiente a contrarrestar y eliminar de raÃz el azote de la delincuencia que, en todo momento, nos amenaza y nos tiene sumidos en permanente zozobra: arranchadores, estruchantes, sacapintas, embaucadores, traficantes, etc. abundan en especial en las grandes ciudades, siendo los visitantes las principales e inocentes vÃctimas y quienes, a no dudarlo, son los que contribuyen económicamente al desarrollo.
Ya se ha manifestado el peligro inminente que corren quienes transitan por el sector de La Mariscal, en especial por la calle Foch, (sector eminentemente turÃstico). A diario, son vÃctimas de asaltos, robos a mano armada extorsiones e, incluso, muertes; sin que la PolicÃa intervenga para evitar hechos atentatorios, bochornosos y violentos. ¿Cómo promover el turismo en nuestra bella ciudad o en Guayaquil, Cuenca, Ibarra, Ambato, etc. cuando, por desgracia, aún no contamos con la seguridad apropiada?