No hay peor ciego que el que no quiere ver, reza un viejo adagio y es precisamente lo que está solicitando el Defensor Público, Dr. Ernesto Pazmiño Granizo, en lo referente a las penas impuestas en el nuevo Código Orgánico Penal, con el que se han llenado las cárceles, que se encuentran abarrotadas con personas humildes que por la falta de fuentes de trabajo se han visto obligados a delinquir; en tanto, los pocos delincuentes de cuello blanco están gozando de la benigna ley, los que lamentablemente cada vez suman más y más, perjudicando al erario nacional en millones de dólares y con lo que tienen hasta para planificar sus defensas y así gozar de las fortunas mal habidas, gracias a la impunidad que las propias leyes les otorgan. Ahora tiene la Asamblea un tema que debe ser tratado con ética, sin renegar el pedido justo que plantea el Dr. Pazmiño y la responsabilidad que debería caracterizar a este Gobierno a fin de reformar el Sistema Judicial.