Atila
Rey de los hunos. Azote de Dios. Apodo ganado por mérito propio. Amenaza con invadir Europa.
Año 452. Situación muy similar a la actual. Lo enfrenta el Papa León Magno, Leone Magno, con dos de sus cardenales. Logra su retirada cerca del río Mincio. Actual Padua. No va a pasar esta vez. No hay los personajes. Los actuarios, súper matemáticos especializados en valoración de riesgos, responsables de una de las mayores industrias financieras mundiales, aseguradoras de los principales activos del mundo. Simplemente no pueden equivocarse.
Dan por consenso una probabilidad de 90% de ocurrencia de guerra nuclear. Por las características de los actores. Es decir, si nos salvamos será de milagro. La nube radioactiva duraría siglos en dispersarse. En escala, es como fumigar un hormiguero en un espacio cerrado. No se salvará ningún humano, se meta donde se meta. Justo cuando la humanidad había alcanzado un relativo grado de bienestar para miles de millones de su especie. Desaparecemos como tal.
Rodrigo Marcelo Arroba Piedra
Putin: Imperialista y terrorista
Estos días, en que atónitos vemos la barbarie reflejada en la cruenta invasión rusa a un pueblo ucraniano altivo que se defiende motivado por su derecho a sentirse libre de escoger su futuro, resulta difícil comprender que es lo que puede empujar a un ser humano a emprender esta catástrofe que dejará herida a toda la humanidad por siempre. Solo se puede explicar como producto de la mente enferma de uno más de los déspotas, autócratas y delirantes “líderes” con que lamentablemente cuenta nuestro aporreado mundo.
Un megalómano Putin atenta contra toda la humanidad, no solo contra Ucrania, atropellando toda la dignidad intrínseca a los seres humanos, abusando de un poder cómplice que un resto de hombres le otorgaron. Sus manos están manchadas con la sangre de miles de seres, y en su historia de atropellos se cuentan la brutalidad con que invade Chechenia en el 2000 con un saldo que se estima en cientos de miles de muertos.
A esta le sigue la breve, pero mortal guerra declarada a la antigua Georgia en el 2008. Luego, el 2014 le toca el turno a Crimea, y se la anexa con una invasión “más suave” en que la gran diferencia de fuerzas le permite invadirla en una operación rápida y sorpresiva en que el poderío militar ruso se impone, favorablemente sin derramamiento de sangre.
Los rasgos genocidas y despiadados del gobernante ruso se manifiestan en la sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror entre los ucranianos, sin respetar la vida de civiles, violando acuerdos de implementar corredores humanitarios, creando grandes y graves destrucciones a edificios, carreteras e infraestructura pública, con saldo de gran cantidad de civiles y militares muertos que lo convierten en un cruel terrorista con una peligrosa visión imperialista. ¿Será posible que los crímenes de lesa humanidad cometidos por este desquiciado absolutista sean castigados de forma contundente por la Comunidad Internacional, de manera que se impida que cosas como estas se vuelvan a repetir?
Luis Alberto Zamora D.