La crisis actual podría ser más fuerte que la de 1999. Al recordar el pasado surge la inevitable pregunta: ¿Puede pasar lo mismo ahora? La respuesta corta es que hay al menos dos elementos que diferencian al año 2020 de 1999: la dolarización y la banca.
En Ecuador se ha hecho muy poco para reforzar y cuidar la dolarización. No se guardaron fondos para las crisis, ni la disciplina fiscal y monetaria. Se amplió el déficit y usó al BCE como caja chica. En lugar de mejorar la productividad y competitividad, nos fuimos por el proteccionismo y el “papá” Estado. Pero, aún con el pésimo manejo económico, la dolarización sigue intacta, no gracias a los políticos sino, a pesar de ellos.
Después de la crisis del 99, el sistema bancario aprendió la lección. Se depuraron los bancos y la supervisión mejoró. La banca aguantó el embate político de la década pasada, evitando el contagio de la crisis fiscal al sector financiero. En 1999 la banca estuvo en el centro de la crisis y la amplificó. El efecto fue devastador. Ahora la banca es parte de la solución, no del problema.
Por ello, debemos rechazar las “soluciones” que insisten el mismo tipo de manejo monetario que debilitó la dolarización; y aquellas que afectarían la capacidad del sistema financiero de asimilar y amortiguar el fuerte shock del 2020.
¿Puede pasar lo mismo del 99? No. Si mantenemos el esquema monetario y la fortaleza bancaria. Mientras más permitamos un manejo técnico y prudente de la dolarización y la banca, alejado de agendas políticas, más lejos nos mantendremos del 99.