No sé cómo deberíamos interpretar la revisión de remuneraciones del sector público: como un verdadero problema fiscal porque la rebaja dispuesta apenas representa el 0,06% del Presupuesto del Estado vigente o como el reconocimiento de que los sueldos de la burocracia no correspondían a la realidad del país.
Pero ¿por qué no se regularon antes? ¿Por qué no se pusieron techos para evitar los abusos que recién comienzan a descubrirse? Tuvimos que entrar en crisis para que intentemos ser prudentes, olvidando que esta es necesaria aun en la abundancia.
Veamos, lo que sucede en la Superintendencia de Comunicación: por la investigación que realiza Martín Pallares, publicada en EL COMERCIO, conocemos que cuenta con 261 empleados, de los cuales , por el nivel de remuneraciones, 3 tendrían el rango de viceministros, 5 el de subsecretarios generales y 19 el de subsecretarios regionales.
El Superintendente ganaría USD 6 122 por lo que tendría la categoría de Ministro de Estado y estos últimos recibirían nada menos que USD 4 174 mensuales, excluyendo en todos los casos los otros beneficios establecidos por la Ley.
Pero esto no es todo, porque pese a contar con los 261 empleados ya señalados, contratan el año pasado, en USD 190 000 a una empresa para el monitoreo de los medios de comunicación, porque se sobreentiende que estaban muy ocupados.