Considero que para conservar la salud mental de los ecuatorianos, necesitamos apartarnos de la política y de la nefasta historia de la Revolución Ciudadana y sus hechos bochornosos. En una carta anterior ya escribí sobre Alí Baba en la isla de La Paz. Esto constituye lo malo y lo feo.
Pero demos un descanso a nuestra vista y enfoquemos en nuestros ojos en el hermoso país que tenemos. Una verdadera joya en donde la naturaleza muestra todo su esplendor: montañas, nevados, valles extensos, ríos, selvas en donde la vida muestra su diversidad plena. Un país donde los rayos del sol llegan verticalmente iluminando el paisaje con todos los colores del arco iris.
Sierra, Costa, Oriente y las islas Galápagos. Un mar con playas anchas, propicias para el descanso, y un cielo nocturno en donde podemos mirar toda la esfera celeste desde la Osa Mayor hasta la Cruz del Sur.
Tengo la suerte de vivir en el Valle de Tumbaco; a través de mi ventana observo en el jardín una pileta de piedra tallada que dibuja una flor de loto.
El frescor del agua y su murmullo atraen varias especies de pájaros; predominan los colores: amarillos canarios. Jilgueros, huiracchuros, azules las tangaras, los petirrojos, o pájaro brujo; mirlos, tórtolas, gorriones, quilicos, pájaros carpinteros, golondrinas y muchos más.
En fin es un arco iris de colores y gorjeos. Son los pájaros que vienen a beber y bañarse todos los días. Este, es un sitio paraíso del ornitólogo no podían faltar los colibríes que me recuerdan al experto más notable del mundo Fernando Ortiz Crespo quien los llamo “aves casi sobrenaturales”.
Y qué decir de las Galápagos que no se ha dicho ya: Primer Patrimonio de la Humanidad. Las Islas Encantadas.
Los ecuatorianos deberíamos reflexionar sobre estos atributos, cuidarlos y respetarlos y sentirnos orgullosos de estas realidades y hacernos merecedores de esta tierra que Dios nos ha concedido.