Aterradoras las imágenes de las llamas consumiendo la selva brasileña, la mayor reserva tropical del mundo y proveedora del 20% del oxígeno que todos los seres vivos respiramos. Se habla de 70 000 incendios que se debe solucionar sin importar si fueron provocados o no. Cada hipócrita irresponsable se lava las manos y le culpa al vecino: La deforestación en Brasil alcanzo solo en julio 2019 los 2 254 kilómetros cuadrados convertidos en área de pastoreo, mientras Bolsonaro dice cínicamente que las ONG están en guerra contra su gobierno, cuando todo el mundo sabe que él es un escéptico del cambio climático y no aceptó que el COP 25 (Conferencia del clima) se realice en Brasil, amenazando con sacar al país del acuerdo.
China, la India y EE.UU. (que no firma el Protocolo de Kioto, 1997) son los mayores contaminantes y destructores del planeta. La verdad es que las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por las fábricas de estos enemigos del mundo que solo buscan negocio, elevan la temperatura que a su vez ocasionan los incendios. ¿Hay alguien con suficiente poder para juzgarlos?