En los últimos años en todo el país ha sido notoria la presencia de narcotraficantes, delincuentes internacionalmente buscados, sicariato, incremento de robos, asaltos, crímenes casi todos los días, balaceras callejeras, lo que causa muerte de inocentes y malandros; esto por supuesto fruto del desorden social vigente, falta de seguridad en todo el territorio, Policía desarmada y perseguida por el propio Gobierno sin que se puedan avizorar mejores días.
La política sigue siendo la misma que hace muchos gobiernos, sin cambio alguno en su norte, salvo en los medios de conseguir logros políticos personales y de afiliados al movimiento de turno. Un Gobierno populista para un pueblo populachero que solo busca magnificar la diferencia y el resentimiento entre los que algo poseen por su trabajo y los que nada tienen por falta de oportunidades; y de todo esto lo único que crece a pasos agigantados es la mediocridad, el regionalismo, la impunidad, árboles plantados por este Gobierno que crecen por doquier e impiden que los ecuatorianos veamos qué hay detrás de ese bosque.
Ojalá vientos de mesura, de libertad de expresión, de respeto a la opinión contraria permitan algún día cercano mirar el horizonte con mejores ojos.